miércoles, 14 de junio de 2017

Divagaciones de miércoles lloviznoso

Sin pretender aguarle festejos a nadie, que Raúl Castro se muera no es importante, lo cual ha quedado demostrado con la muerte de su hermano en jefe.

El término “república bananera”, que en algo que hoy leí así denominaba el autor a Cuba, no es correcto. En todo caso sería República Boniatera, siempre que se cumplieran los planes de la cosecha en Ciego de Avila o lugares parecidos, claro.

Vista la experiencia, secuela implacable de la realidad, el marxismo, como objeto de estudio, filosofía o divertimento académico, es una suerte de ejercicio forense. Particularmente de ese cadaver que es su ingrediente histórico, por no mencionar al aborto que se llamó comunismo científico.

Vamos, nadie sabe qué vendrá en las próximas décadas en términos de sistemas socioeconómicos, pero esperar que regrese algo marxista es como aspirar a que resurjan los Neandertales.

El arroz Arborio es una maravilla culinaria: se le puede adicionar seis veces su volumen en líquido, y el grano aun mantiene su integridad; una taza de arroz alimenta a cuatro personas de buen comer. Comprobado. Si aquel llega a enterarse...

Trump ha perdido su atractivo principal como animador de las noticias matutinas. Encima de inepto, aburrido.

Le comentaba a mi familia que los checos son grandes aficionados a la música clásica. Que el Festival Primavera de Praga inicia todos los años en al aniversario de la muerte -ojo, no del nacimiento, muy a tono con la melancolía eslava- de Bedřich Smetana, y su sinfonía “Mi Patria”. O quizás el festival no celebra el nacimiento porque Smetana nació en Marzo, cuando aun hay mucho frío, pero se murió en Mayo, en plena primavera. Los checos también son gente muy práctica, me consta. Que los checos, les decía además, acuden a los conciertos con la misma pasión que los cubanos escuchan regetón.

El otro día vi una foto donde una lesbiana, mostrando su lengua entre los dedos índice y del medio de su mano, hacía referencia, se sabe, a un cunnilingus, probablemente recién realizado, mientras su pareja miraba a la cámara con expresión somnolienta, post-orgasmo quizás.

Si yo publico una foto mía y de mi esposa en el postcoito, gesto más, gesto menos, creo que sería divorcio instantáneo, por falta de clase. Vamos, que esto del alarde de la condición sexual no está llevando a nada razonable, mucho menos elegante. Prueba de ello es que los hombres hablantines adolecen de todo lo que presumen.

Ayer compré un salchichón italiano -puse la foto por acá- que parece necesita de cocción intensa pues está hecho con los más humildes trozos de la anatomía porcina. Debe estar muy sabroso, pienso, pues se sabe que la carne sin grasa ni mácula es mujer que está buena pero no sexy.

El calor es tóxico para la civilización. El que no lo crea, que observe los mapas.

Y feliz resto de la semana tengan vuestras mercedes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario